Un turista me pregunta si sé dónde está el Café Central. Yo, en un inglés fluido, le doy las indicaciones correctas.
Ya en la Albertina, otro turista se dirige a mí esperando que le indique dónde está la exposición de Manet a Picasso. Yo consigo resolver sus dudas sin problemas.
En el Café Griensteidl, consigo pedir mi "melange" con su correspondiente vaso de agua y mi primer y esperado trozo de Sacher Torte con mis cuatro palabras de alemán.
Se puede decir que estoy en mi salsa :D
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1 comentario:
Cuidado con lo de hacer de guía pues aquí,en Madrid,hay problemas estos días con los guías intrusos.
El próximo idioma,a aprender, ya veo que será el ALEMAN.
Estoy muy ilusionada siguiendo tus pasos por esa ciudad que tanto ha dado a la música. A ver si eres capaz de aprender a bailar estos dias un buen VALS VIENES.
Besitos de mamá.
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